¡Ole porquejorro! [Taba alistando el perro] pa salir a comerme un helado con la doña, cuando tun tun tun, !tocaron la puerta durísimo!, y quede congelao del susto. No sé si a ustedes les pasa lo mismo que yo, pero cuando alguien coge como a puños la puerta de la casa, a uno le da la misma soberbia que cuando alguien le cierra duro la puerta del carro… No tengo carro, pero de solo imaginarme esa [joda], me lleno de [arrechera] si me lo llegan a hacer.
Me hice el [pingo] y no quise abrir. Tun tun tun, volvieron a tocar y yo le hacía señas a la doña, preguntándole entre las muelas y [manotiando] que ¿quién era? que si ella [taba] esperando a alguien.
-¡Juuum!, me respondió la susodicha con todo su parlamento, torciendo la [churumba] y alzando los hombros, mientras se echaba [colorete en la jeta].
Yo no tenía ganas de abrirle a nadie, lo que quería era alistarme rápido pa salir a callejear y tun tun tun, ¡va la madre! que hay gente que no entiende que, si tocan y no contestan, pues es que no hay nadie, o no le quieren abrir.
Ya en la cuarta tocada le dieron a la puerta como pa tumbarla y se me sale la que sabemos. Pegué un brinco y en dos zancadas llegué y cogí el cerrojo:
-A ver ¿cuál es la [joda]?, dije mientras abría, pa quel que estaba tocando supiera que se me había encaramado el apellido.
Cuando bajé la mirada porque no vi a uno igual que yo al frente, me [topé] con el chinito de la casa del lado que me dijo: vecino es que dejó las llaves pegadas en la puerta.
¡Uyyy manito muchas gracias!, le respondí [avergonzao], el [peladito] no dijo ni mú y con la misma se fue corriendo pa la casa.
[Va la madre], que a uno a veces le quieren hacer el bien, y por andar [amargao], lo que hace es cerrarle la puerta a las bendiciones.
¡Suerte porquejorros!
El AS bajo la lengua